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590 FR. EUSEBIO GARCIA DE PESQUERA »Con Ramón, en un principio, si quiere que le hable con toda franqueza, sólo me animaba a andar con él la esperanza de hacede cambiar un poco, pues le veía muy abandonado en cosas de Religión {quizá no me daba cuenta de que también me empuíaba el cariño que por él ya empezaba a sentir). He pasado mis malos r,atos. como también buenos ; pero ¡ si usted viera !, el mejor de los deseos me animaba, y por más tropiezos y espinazos que encontrase, siempre me sentía con fuerzas para seguir adelante. Confiaba mucho en Dios, y sabía que El no me podía abandonar. ' »Hacía años, puede que cinco o seis, que Ramón no se acer– caba a los sacramentos; a la igiesia sí iba algunas veces, per_o no sé si le valdría de algo ... Ahora, no es así; ha cambiado por completo. Usted dirá que lo hace sólo por darme gusto. i No l_o crea! Hice muy poca presión externa sobre él; toda mi fuerza estaba en el Señor: El sólo sabía cómo y cuándo debía realizarse la obra, a mí me corresp~ndía únicamente pedir y esperar. ¡ Y i~ obra está ya realizada ! Espero que alguna vez tendré oportuni– dad de e~plicárselo todo bien, y entonces de seguro que también usted llegará a ver como yo la mano de Dios de una manera tan palpable que no habr,á .lugar para discusiones o reservas.11 Entraba luego a hablar sobre el punto que más apuro le daba: cómo se había decidido por el matrimonio. Lo había hecho, no a la Iigera, sino después de mucho pensarlo y pedir a Dios luz 0 En cuanto a Ramón... ((El es bueno y de unos sentimientos muy nobles. Me quiere, y creo que el día de mañana podremos ser felices, pues congenia– mos perfectamente y no carecemos de ciertas cosas fundamen– tales para serlo. Hoy día en él está puesta mi ilusión... Y ahora quizá comprenda lo de ayer. 11Cuando se quiere a una persona, y se ve que la hacen de menos... Y o iba ayer muy decidida a e~ansionarme con usted ; pero Gsted en dos o tres ocasiones, y con motivo de hablar de mi vida, ¡ cómo me hizo sufrir !, y sólo con algunas palabras sueltas, pero que caían sobre ((•éln. Estoy segura de que usted no lo hizo intencionadamente; sin embargo, me dejó destrozada. Ya sabe mi manera de ser, y cómo soy a veces de sensible, aunque no lo deje traslucir al exterior; yo estaba además ((hasta el bordel},

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