BCCCAP00000000000000000000753
TEMPORAS DE PRIMAVERA 53 dulce ser .f.amil, i.ar tiene sus goces en la casa, de rama en rama, es decir, de cuarto ,en cuarto: entra, sale, s•:: acerca. se aleja, alisa sus plumas---peina sus cabellos-, hace toda suerte de ruidos delicados, murmura a nuestros oídos no sabemos qué música inefable ... >>Hablarnos con eUa; la charla es d descanso del habla. Este ser tiene en EÍ algo de cielo. Es un pel1samiento azul, que se mezcla con nuestro pensamiento oscuro. Le agradecemos que sea tan ligera, tan fugaz, tan poco susce¡ptible de dejarse coger, y que al mismo tiempo tenga la bondad de PO ser invisible, cuando parece que podría, si quisiera, vohrerse impalpable. ))Aquí 1 abajo lo bello es necesario. Hay en la tierra 1pocas funciones más importantes que ésta: ser encantador. El bosque se entregaría a la desesperación sin el ,colibrí. .. Motivar alegría, despedir rayos de felicidad, .tener entre las cosas sombrías una irradiación de luz, ser la armonía, la gracia, la gentileza... , es hacernos un gran s·ervicio. »Ciertas jóvenes poseen el arte de ser para todo lo que las wdea un encantamiento ; algunas veces ellas mismas no lo saben, lo .que" resulta aún más estupendo. Su ¡: :1esenc.ia nos alumbra... ; pasa, y nos alegra; se detiene, y nos hae.e felices; es -como la aurora que ha tomado forma humana. No ha...:e más que eso, y basta ; torna en un paraíso el hogar: distribuye la dicha ('ntre todos, sin dars,e otra molestia que respirar a su lado. Tener una sonrisa que, sin saber cómo, amengua el peso de la enorme ca– dena arrastrada en común por todos los mortales... ¿ qué queréis que os diga? ¡ eso es divino ! n El comedor del piso habitado por María de la Gracia era ,como una pequeña galería abierta al Sur, en la parte posterior de la casa, sobre unos amplios solares ,(ya acotados, pero en los que aún no se había empezado ,a edificar). El sol entraba ahora a raudales por las grandes cristaleras. Marra de la Gracia habfa su– bido varias de sus pi,ezas movibles, para tener más directo con– tacto con la luz y el aire primaverales, Al cabo de un buen rato fué apagándose su incoherente can– ta•r ; cesaron sus movimientos y su alegre afanarse por la casa ; y se encontró de ¡pronto sentada en una silla del luminoso ,co– medor, acodada ,en su redonda mesa; y mirando tranquilamente
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz