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52 FR. EUSEBIO GARCIA DE PESQUERA a mediodí,a, cuando vuelva después de tomar un poco el sol, nos tr,ae el mejor humor del mundo. La muchacha siguió escaleras abajo, mientras María de la Gracia abría la puerta con su Uavín, y se quedaba de única dueña y señora en el piso. La madrina pasaba la mayor parte del día .fuera, por,que habfa de atender a una pequeña libr,ería de su propiedad; era inteligente y de genio vivo, y aunque reñía con frecuencia a su ahijada, la quería muy de veras. y se le llenaba el alma de satisfacción siempre que aiguien ponderaba lo juiciosa y formal que ésta era. También ccSor Simplician quería a María de la Gracia, porque entre otras no pocas cualidades, tenía la de no ser orgullosa ni exigente, sino cordial y sencilla en su trato .... y poco amiga de criticar. María de Ia Gr,acia fué dejando en su sitio el misal. los guan– tes, la mantilla, el abrigo ... ; y se ,puso a desayunar. Entre bocado y bocado, tarareaba incesantemente, llena del mejor humor. Después del desayuno se puso a hacer ,pequeñas fat'lnas por la casa... , y seguía tarareando ... , llenándolo todo con sus •«gorjeosn. Aquel piso en que vivía con la madrina-al padre se lo habían matado. los rojos en 1936, la madre había muerto, y los hermanos estaban lejos-, era un piso de casa nueva, chiquito y mono ; y el buen gusto de la madrina y de ella le habían hecho a:ún más acogedor y agradable. La tarea de María de la Gracia ,en él era dar a todas las cosas aquellos toques «de detalle» que no se le ocurrían a la sirvienta. Encontraba especial gusto en cuidar luego de sus macetas y de los canarios. Viéndola moverse por la casa en esta jubilosa mañana de abril, cualquiera se sentiría inclinado a aplioarlé aquello que es– cribió Víctor Hugo en Los trabajadores del mar (I parte, lib. III, I), con su desbordamiento típicamente romántico: «Un pájaro que tiene la forma de una niña, ¡ qué cosa más exquisita ! j Ser en– cantador ! Nos darían ganas de decirle: Buenos días, señorita jilguero. No se le ven las alas, pero se oye su gorjeo: de cuando en cuando canta. Por la charla es inferior al hombre ; por el canto es s•UJperior. Hay misterio en ese canto: una virgen es una cubierta de ángel. »Viendo a la niña, a la joven, no podemos abstenernos de pensar: ¡ Cuán amable es no marchándose de un vuelo ! Este

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