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48 FR. EUSEBIO GARCIA DE PESQUERA poético y juvenil (aunque modestísimo), que llevara incansable– mente adelante el .af.án de preparar a Dios el puesto que le co– rresponde en las ,almas y en la vida ! »Si he empezado mi tarea poniéndoos en guardia contra las excesivas y demasiado humanas ilusiones de la juventud, ha sido tan sólo ,porque •no puedo consentir •que se malgaste en inútil mariposeo de ensueños fantásticos la mejor energía espiritual que late en vosotras, y que debe reservarse íntegramente para empresas de marca divi:na, empresas de la más sublime calidad. Para lograr ,los mejores frutos hay que ir podando no pocas cosas de vuestra exuberancia juvsen:il. El excesivo florecimiento de ilusiones y planes puramente humanos, ordenados a una pobre felicidad en este mundo, con éxitos que halaguen sólo la va– nidad y el amor ,propio ... , compromete muy seriamente el des– arr,ollo de esfuerzos y .afanes que apunten más alto: y la más alta tarea·a que uno puede dedicarse en este mundo es el cultivo de lo divino en el hombre. »Vosotras ·no podréis acertar con lo esencial o verdadero de la vida, si no empezáis «desengañándoos», es decir, liberándoos de la fascinación de lo que sólo tiene apariencias, de lo que fal– samente se presenta como hermoso y ,apetecible. Por eso, es ne– cesario que •ya en plena juventud vuestra alma se ,percate muy a lo vivo de la terrible fugacidad de la vida y de la vaciedad de todo lo que el mundo ofrece y ensalza; se logrará entonces que ni el espíritu ni el corazón se peguen con exceso a las mezquinas realidades de aquí abajo, sino que se lancen con prisa a hacer por Dios algo que valga .la pena... » Cual certera saeta lanzó aquí el P. Fidel este apóstrofe a eus oyentes: «Vosotras, queridas jóvenes, tenéis un alma generosa y una formación cristiana de calidad: ¿ seréis capaces de entregar fdvsolamente al mundo el tesoro primaveral de vuestra juventud, con el secreto pensamiento de volveros luego a Dios para darle los tristes residuos del otoño? Volverse a Dios cuando a fuerza de desengaños y hastío de todo ya nada se puede esperar del mundo, es una cosa buena, sin duda, pero no muy gloriosa, pnes hay motiv,o para pensar que se va a El, más que por un puro sentimiento de amor, por la necesidad de enicontrar en alguna parte un poco de atención y de consuelo.n
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