BCCCAP00000000000000000000753

128 FR•.EUSEBIO GARCIA DE PESQUERA clausura, e ir calzados con escarpines de seda, para que el pobre sal6n quedara intacto y sin heridas ; pero no, los muchachos aquellos eran como los que todos conocemos en esa edad que va de I.a niñez a la auténtica juventud: les gustaba vocear, y hacer ruido, y atacarse en plan de inesistibles boxeadores, y maltratar las cosas, y ,pisar recio con sus duras botas clavete,adas. Apenas habia puerta sana, ni ,pared limpia, ni escalera sin ((matadurasn ... Celebrar pequeñas reuniones en tal local y ambiente resul– taba muy poco grato. Pero el P. Fidel no tenía otro recurso. y así, aprovechando un día en que el sal6n estaba libre, y reunien– do de aquí y de allá unos cuantos banquillos ligeros, pudo ver agrupados delante de sí, cerca del escenario, a los chicos y chi– cas que venían escuchándole desde hacía algunos meses en los círculos o reuniones semanales. Quería darles la última lección del curso ; y en ella, recor– darles ciertas normas de vida que debfan ser tenidas muy en cuenta durante el verano. Como era su costumbre, trató de ir al fondo de las cosas, sin entretenerse demasiado en el fácil terreno de los consejitos prácticos, que estaban muy bien, y eran de necesidad ... , pero que corrían el peli,gro de resultar jnefioaces por su ,misma superficialidad y su sabor a cosa excesivamente manoseada. Como núoleo de su lección le sirvi6 admirablemente un corto pasaje epistolar de San Pablo. -Entre las Epístolas del gran Apóstol encontramos una muy breve (breve, si tenemos en cuenta la extensión de casi todas las demás), que él escribió el año 65 de nuestra Era Cristiana, en Nicópolis de Epiro {noroeste de la ,actual Grecia) o de camino para tal .ciudad, cuyo antiguo esplendor ha quedado reducido hoy a unas bajas ruinas del gran teatro ... El destinatario de la carta era Tito, discípulo ,amadísimo de San Pablo, a quien éste había dejado de obispo en la isla de Creta, tierra reci.entemente evangelizada por ellos, ,precisamente al volver el Ap6stol de su rá,pido viaje a España. »Pues bien: hacia la mitad de esta Epístola a Tito se lee algo que debió de escribir San Pablo con especial interés y fuerza: ,((Tales cosas son las que debes enseñar, exhortando y reprendiendo con todo imperio. !Y que nadie te desprecie!»

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz