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122 FR. EUSEBIO GARCIA DE PESQUERA Quienes más le preocupaban al P. Fidel eran los muchachos. A causa de no contar con un focal seguro donde reunirse, habfo quedado a medio hacer la labor que hubiera sido necesaria, y la poca labor hecha estaba muy en peligro de no poder resistir el choque de la frivolidad veraniega. El grupo de los chicos casi se mantenía en d mismo número del primer día, pues aunque se habían presentado tres o cuatro más, también habían ocurrido algunas bajas entre los primeros. El P. Fidel ya los iba conociendo a todos, y estaba seguro de que bastantes de ellos no servirían nunca par.a gr,an cosa. Martín Bosque era un buen elemento, aunque todavía ,poco decidido; otro par de ellos podrían juntárseie... , y segur,amente había que poner en seguida aquello de ,ce.y pare usted de contarn. Mas óerto día de primeros de junio, sin que el P. Fidel supiese cómo, .apareció entre los del grupo un muchacho moreno, de no mucha estatura, que, según dijo, era estudiante de veterinaria y al mismo tiempo trabajaba en no sé qué oficina ; en él creyó descubrir pronto el Padre aquel recio temple que tanto deseaba para sus muchachos, y esto le sirvió para reanimar no poco su ,esperanza... P,ero ahora, aunque mucho lo sintiese, no había más remedio que resignarse a de5ar pasar el gran «bache» del vser-ano, antes de meterse en un programa de hondura. El tiempo y el ambiente ya no resultaban propicios a esfuerzos de ninguna dase ; a aquellas alturas de junio bien entrado, por todas partes se dejaban sentir unas incoercibles ganas de holganza y vac,a– crones. El mismo mes de junio traía para los leoneses las grandes fiestas de San Juan. Eran como una semana de holgorio más o menos mundanal y paganito... No es que tales fiestas tuvieran precisamente el carácter de paganas; era pagano, y hasta ani– mal. oomo ocurre en todas partes, el espfoitu con que muchos las celebraban. El que hubiese gran ,alegría conmemorando el nacimiento dd santo Precursor de Jesús, estaba muy justificado. Y,a en el Evangelio encontramos que al ser anunciado milagrosamente a Zacarías que iba a ser padre de un hijo extraordinario «a quien pondrfa por nombre Juan», le dijo ,el ,ángel: ccEl será para ti motivo de gozo y exultaci6n, y habrá muchos que se alegren con
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