BCCCAP00000000000000000000753
TEMPORAS DE PRIMAVERA l 13 las almas. La vida de un hombre que no atienda nada a esta su primordial tarea, resulta completamente inútil y vacía. -Me parece ,entender que el mal no •está tanto en lo que solemos hacer, cuanto en el espíritu con que lo hacemos. -Sí, en e1l espíri,tu (o más bien en la folta de espíritu) está la más honda raíz del mal Pero frecuentemente existe ya un gran desorden en lo mismo que se hace y en el tiempo que a ello se dedica. ¿ No es verdaderamente abusivo que se empleen tan– tas horas en trabajos, diversiones, negocios, y qu~ nunca •«se encuentre tiempo», o sólo en porción escasísima, para volverse a Dios, y para atender al prójimo por Dios? Un habitante de otros mundos, un marciano, .por ea,emplo, que cay,ese de rpronto entre los fieles de Cristo y pudiera observar agudamente su con– ducta-conversaciones, afanes, quehaceres-, ¿podrfa suponer que ellos se confiesan desterrados y peregrinos en este mundo, que tienen un Credo donde declaran su fe en la vida eterna? -Quizá no. -De seguro que no. Salvo raras excepciones, ellos se ,condu- cen como si no hubiese más vida que ésta, como si no pudiera contarse «de seguro» con otra futura y mejor, como si lo verda– deramente importante fuera instalarse bien aquí. Parece que na– die cree -cede veras» que es mucho m,ás importante ,amontonar tesor,os de obras buenas para la vida eterna, que atropar unos cuantos puñados más de pesetas para J.a vida presente. . »Sí, hay ya un grave desorden en esto de dedicar casi todo el tiempo a lo accesorio, y no encontrar nunca tiempo para atender · a lo principal. Pero lo peor es que, :por no tener d verdadero espÍritu cristiano, no se sabe santificar o elevar todas esas ocu– paciones materiales, que hasta cierto :punto resultan inexcusables. Se puede trabajar mucho, desplegar una actividad ternporal pas– mosa, y cumplir estupendamente con lo que Dios pid,e de nos– otros. Bastantes santos son la mejor prueba de ello. Lo que im– porta es entender ,«crisúanamenten las cos,as y dar a cada ocu– pación o quehacer su debido :puesto e importancia. Dos perso– nas pueden aplicarse a unos mismos trabajos, y sin embargo, obrar con muy distinto espíritu, porque una pone su ,ccfin)) en lo que hace, y otra lo considera simplemente como c<medio)); en el fin se para y detiene uno, al ccmedio)) se le concede atención
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz