BCCCAP00000000000000000000753
110 FR. EUSEBIO GARCIA DE PESQUERA mente, y no sin honda resistencia, se había ido rindiendo ante aquella ,«concepción de la vida>l ,que el Padre les inculoaba. Ella tenía ·también sus ideas ;pr,opias, y no renunciaba fácilmente a las mismas. Siempre, había esperado saber vivir muy personal– mente la propia vida, bajo su exclusiva responsabilidad, casi sin pedir consejo a nadie, y desde luego sin admitir de nadie impo– siciones o normas de cuyo fundamento y legitimidad no estuviese bien convencida. Durante mucho tiemp,o había estado eUa segura de sus ideas : nadie podría honradamente poneriles un pero ... Ahol'a ya duda– ba, pues su ideal de vida no coincidía muy exactamente con el que les proponía el P. Fidel. El del Padre resultaba indudable– mente más elevado, más perfecto, más valioso; pero ella lo ,en– contraba no poco exagerado, y, .¿cómo diría?, demasiado místico. No había necesidad de poner las cosas así. ¿ Por qué no conce– der alguna atención a lo de «pasarlo bien)) en el mundo? Nin– gÚn mal había en ello,· mientras no se saltaran ciertos límites. No veía ella ipor qué se iba a conceder tan sólo atención y valor a lo de cc;pasar por el mundo haciendo bieml. Y encontraba de– masiado soso, demasiado cansado, ,eso de estar siempre pen– dientes de aprovechar cada jornada par,a hacer algo en, lo que Dios pudiera complacerse y que sirviera de pmvecho espiritual o material al prójimo. ¿ No sería todo esto un desorbitar indebi– damente las cosas? Si Dios habfa ipuesto placeres y cosas agrada– bles en la vida, en el mundo, seraí de seguro para que disfru– tásemos de ellos mientras pudiéramos hacerlo sin pecar. Como tenía gran ·confianza con el P. Fidel, se foé un día a exponerle todas sus dificultades. ~Me alegra mucho, mujer, que me hables con tanta franque– za. No me parece mal, ni mucho .menos, el que te cueste aceptar lo que yo digo mi,entras lo encuentres discutible ; y no me ex– traña que se te hayan ocurrido todas esas objeciones: a cual– quiera que piense las cosas en serio se le pueden ocurrir. llVamos a ver si entre los dos ponemos la suficiente claridad en los puntos más oscuros. J>Soy yo el primero en reconocer que no es fácilmente reali– zable el estilo o forma de vida que os he propuesto ; su perfecta realización significaría nada menos que una consumada santi-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz