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79 jamás quejarse de nada ni de nadie. Tampoco aceptó :nunca cerveza. Al llegar a las casas solía. tomar una tacita de café". Cuando el Padre Santos iba a la parroquia de Gui– sa almorzaba y comía en -la casa de la seño:ra Veloz González, la cual asegura que era muy frugal. "El era n1.uy frugal, y solía avisarme a veces que no lle prepa– rara carnes. Era, así mismo, de trato humilde y afa– ble. Su predicación era grata .a los oyentes, aunque yo no puedo formarme idea exacta sobre la misma. Su · fama era excelente. Las gentes afirmaban que mucho le convenía el nombre de Santos que Jlevaba". También el señor F'ehpe Cháves conoció al Padre Santos desde que llegó el misionero por vez primera a Guisa. Según el señor Cháves "la conducta dél Pa– dre fué siempre ejemplarísima, sin haber oídlo jamás cosa alguna desfavorable a su buena fama; antes, a mi. juicio, disfrutaba de una reputación excelente. "En sus exhortaciones al pueblo manifesaba gran celo por el bien de las almas. Recuerdo que, en una ocasión en que se hallaba el Padre Santos en. mi com– pañía a la puerta de mi casa, pasó por delante unan– cianito, del cual dijo: "¡Pobre ancianito! ¡Sabe Dios cómo llevará el .alma!". El Padre Santos n.o era partidal'io de cultivar amistades inútiles que le restaran tiempo all trabajo en bien de las almas. Sin embargo, fué muy agradeci– do a cuantas personas le ayudaban a él o colaboraban con los otros Padres. Entre las familias de Bayamo, se distinguió por su cariñoso afecto y cooperación, la del señor Lorenzo Soto, y especialmente, según deja– mos apunado, él mismo y su hija Patrocinio. Con ellos mantuvo el Padre Abelgas la más sincera amistad, aún después que la obediencia le trasladó a Jas Misio– n.es del Caroní.

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