BCCCAP00000000000000000000752
78 "Respecto a los datos de la vida del Padre San– tos, sólo puedo decirle que, a cuantos le trataron se les oía decir, que era un verdadero santo, en su trato sencillo y lleno de caridad para con todos. Su humil– dad era muy grande, pues siempre se consideraba in– ferior; en los años que fué mi confesor, me decía: "Confiésese con otros Padres que son más santos que yo, y saben más que yo". Siempre lo ví sufrido y con igualdad de carácter; igualmente fervoroso, espe<;!ial– mente en el santo Sacrificio. He aquí lo que puedo in– formarle1'. El señor Tamayo empezó a tratar a nuestro mi– sionero apenas llegado a Ba_yamo; fueron buenos ami– gos, y le acompañó frecuentemente a los caseríos. Por lo mismo, pudo observar de c~rca la conducta del Pa– dre Abelgas, y de él dice: "Me pareció siempre un hombre consagrado a su profesión sacerdotal; no era hermético, sino comunicativo y afable; con todo, ja– más se p€rmitió bromas de mal gusto ni otms liber– tades. Se esforzaba por llevar el conocimiento de Dios a las inteligencias de los campesinos, como pude ob– servarlo en tantas veces como le acompañé a los cam– pos. Solía insistir ante la gente del cam120 en que le llamaran cuando había enfermos, para aaministrarles los últimos sacramentos ; esta observación me la hizo a mí también muchas veces, ya que yo visitaba los campos para ver a los pacientes. Con admirable resig– nación llevaba la enfen11edad del hígado que le pro– porcionaba grandes molestias, asegurando que Dios siempre dispone lo mejor. "Era muy querido de todos, que le estimaban co– mo a sacerdote ejemplar. Nunca le ví con ánimo alte– rado. Las dificultades que hallaba en sus ministerios eran falta de salud y caminos intransitables: de la primera hacía poco caso, diciendo que era fuerte, a la segunda hacía frente con gran serenidad. No le oí
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz