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75 recursos, pero con tan mala suerte que, sin advertir– lo, se le cayó la cartera al suelo. Llegado que hubo a fa Residencia, se dió cuenta del extravío, mas nada dijo al Superior ni a los dem<ls religiosos. Por la ma– ñana del día siguiente celebró la santa Misa muy tem-'· prano, encomendó el asunto a San Antonio y partió a _caballo para el lugar a donde creía haber perdido el dinero, que distaba cuatro lueguas. Buscó entonces y anduvo más de cien metros adelante sin resultado al– guno. El caballo corcovea, y brinca y salta, y remue– ve la arena de la carretera; mira al suelo el Padre Santos y, asómbrado ve la cartera, la toma en sus mnos y nota que nada falta, no obstante haber pasado gentes, y carros por aquel Jugar después que a él se le cayó ~l dinero. ¿Milagro de San Antonio, en quien siempre depositaba su confianza, y a quien había ofre– cido una misa. cantada? ... Por el año de 1917 informaba .el Padre Félix de Veganiián que Bayamo había, por la misericordia de Dios, cambiado en lo espiritual y en lo material que se relacionaba con la reparación de iglesias de la ciu– dad. En cuanto a lo primero consignaba que existían dos Congregaciones con bastante piedad; el Aposto– lado .de la Oración y las Hijas de María. Referente a la parte. material, que se habían restaurado las igle– sias del Salvador, de la Luz y las de Veguita, Guisa y Cauto. ,
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