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49 imposición de manos por el Pontífice, quien le comu– nica otra sublime potestad; la de perdonar los peca– dos y abrir las puertas del Cielo a ·cuantos más tarde a él, ya sacerdote, se acerquen para implorar la remi– sión de sus culpas: "Recibe el Espíritu Santo: quedan perdonados los pecados· a quienes los perdonares; y quedan retenidos a los que se los rttuvieres", ¡ El es– tudiante Fr. Santos de Abelgas queda para siempre consagrado Sacerdote del Altísimo, para ofrecer la Víctima Sagrada en el Altar santo y para perdonar los pecados en el Tribunal de la Penitencia! , .. Los colegiales Capuchinos de la Provincia de Castma, una vez elevados al Sacerdocio, suelen cele– brar la primera Misa en el Convento de León. Como es lógico, este acontecimiento se practica con gran so– lemnidad. Cuando son varios los ordenados, la dicen en grupos, en diferentes días, o todos en el mismo. Uno de ellos canta la Misa, y los restantes salen con sus padrinos de altar cuando el FAfiE,'.El. c:rntante ha ter – minado el Evangelio, para asistir todos al sermón, · después del cual, cada uno se dirige a1 r espectivo altar y reza la Misa, terminando todos al mismo tiempo. Concluída esta, vuelven al presbiterio, y allí tiene lu– gar la enternecedora. ceremonia del besamanos v el canto .de acción de gracias de San Ambrosio. " Aunque de ordinario reciben el presbiterado va– rios estudiantes Capuchii1os juntos, en esta ocasión se ordenaron solamente el Padre Santos de Abelgas y el Padre Odorico de León ; los dos cantaron Misa el mismo día, celebrando la solemne el Padre Odorico, y la rezada el Padre Santos, en el altar de la Divina Pastora de las almas. En medio de sus hermanos Sa– cerdotes, que le acompañan como padrinos, seg\üdo de su dichosa madre y demás miembros de la familia, asciende el Padre Abelgas al altar del Señor, para ofrecer pcir vez primera la Sangre del Cordero Inma– culado, y rogar por tantas almas necesitadas del Sa– crificio de la Cruz 4

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