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42 E l Padre Escalante, con la maestría que le ca– r act eriza, pinta el retr ato completo del Padre Santos, durante los años de novicio y estudiante. "Cualquiera que en su juventud hubiese tratado al P. Santos y con él hubiese conversado, le habría ha– llado siempre en la misma forma y ser: atento, hu– milde condescendiente, pronto para el servicio de los dem ás ; silencioso, abstraído en su interior , dispuesto siempre a escuchar las lecciones de los otros compañe– ros; enemigo de disensiones enojosas, amante del tra– bajo y del recogimiento. Era, en pocas palabras, dócil, sumiso caritativo en extremo hombre interior y muy mortificado. "Los t rabajos más humildes y fuertes de los co– legiales le encontraban siempre en la disposición de ánimo más abnegada y alegre para desempeñarlos no pareciéndole nunca excesivo el trabajo . .. "En las horas de or ación no parecía hombre que viviese para este mundo; tan insensible se hallaba para lo material, que sus compañer os apenas si notaban su existencia: y ese espíritu de recogimiento perdu– raba en él en todos los m.omentos de su vida. La sal– modia cotidiana en el coro parecía en él como una verdadera elevación . ¡ Tan reconcentrado estaba -en el divino rezo ! ! · "Tendía por natural impulso a la conversación es– pirítua!, y amaba que se le dirigier an palabras .de vida interior, provechosas y conducentes al mayor perfec– cionamiep.to del alma, huyendo lo posible de todo lo menos conveniente al aprovechamiento propio Y. a la. caridad de sus hermanos, a quienes por nada de ~te mundo quería lo más mínimo molestar, ni que se les molestara, sino, por el contrario, sintiendo bien de todos prodigábales a t odos lo mismo que los servicios de sus manos, las palabras suaves de su bondadosísimo --corazón: era todo para todos como el Apótol de sí