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36 :wante dió :QOr resultado la admisión de Fray Santos de Abelgas a la profesión solemne, quien, juntamente con su condiscípulo Fray Antonio de Carrocera, se presenta. por tercera vez ante el altar, en donde va a rubricar definitivamente su total consagración al ser– vicio de Dios. Con incomparable júbilo de su corazón pronuncia la fórmula de la profesión; pero ahora aña– de unas siginficativas palabras que debía omitir en la primera emisión de votos. Sí, Fray Santos, confiado en los auxilios divinos, deseoso de pertenecer totalmente y para si.empre a la heredag. de Cristo y de su siervo F'rancisco, dice: "Por todo el tiempo de mi vida", ha– go voto de vivir en obediencia, en castidad y en po– breza. Luego de la total oblación, oyó de labios del Superior, que hablaba en nombre de Dios, estas alen– tadoras palabras: "Y yo, de parte de Dios, si guarda– res lo que acabas de ofrecer te prometo la vida eter– na". Breves palabras, pero que encierran las más con– ·soladoras promesas que pueden hacerse al hombre en este valle de lágrimas. · El nuevo profeso puede ya exclamar: "Yo soy todo de Dios, y Dios es mi todo''; o como diría el Se– ráfico Padre: "¡Dios mío y todas las cosas!". Dedica– do perpetuamente al Señor, ya no le será lícito aban– donar el místico arado y mirar nuevamente atrás se– gún el dicho de Cristo: "Ninguno que después de haber puesto su mano en el arado vuelve los ojos atrás, es apto para el reino de Dios" (14). Pero tampoco lo in– tentará, antes bien, crucificado con Jesús permane– cerá hasta la muerte y, en El apoyado, se esforzará por crecer en virtud a proporción de las gracias que desde las alturas le serán comunicadas a su alma ge• nerosa, Terminados los estudios filosóficos en Fuenterra- ( 14). San Lucas, IX, 62.

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