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35 pias dt~ jóvenes estudiantes era muy condescendiente, no ejerció jamás el odioso oficio de espía y acusa– dor de sus condiscípulos por estar bien persuadido de que tal conducta trae muchos sinsabores, enemistades y falta de verdadero amor fraterno. "Cuando advertía algo digno de corrección, avi– saba al que había faltado, con la caridad recomenda– da por el Evangelio, alcanzando con esta práctica ex– celentes resultados. "Los Superiores y Directores, por lo nrlsmo que le apreciaban mucho, le exigían con frecuencia actos heroicos de virtud. Algunos no veían con satisfacción que alternara con todos los estudiantes, aún con aque– llos que parecían menos austeros; esta conducta le hizo generalmente estimado entre los condiscípulos, pero le valió no pocos disgustos y reprimendas" (13). Sabiamente ha dispuesto la Iglesia que los novi– cios de las Ordenes y Congregaciones de votos perpé– tuos, hagan la primera profesión temporalmente; para tres o más afias, hasta cumplidos los veintiuno de edad. Tiende dicha ordenación a que los recién pro– fesos, con mayor deliberación y madurez, ponderen y pesen las sacratísimas obligaciones que van a contraer por toda la vida, una vez hecha la profesión l)erpétua de votos simples o solemnes. Para Fray Santos habían transcurrido los tres años de afianzamiento en la vida religiosa, empleados en verdadera palestra espiritual, pues, apoyado en la divina gracia, hizo frente a las dificultades, y marchó con paso firme hacia la perfección de la vida Seráfico– Capuchina. Nueva consulta a la Comunidad del Colegio de Fuenterrabía sobre el comportamiento del joven estu- (13). P. Carrocera, Ven. Mis., año 1941, pág. 41.

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