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253 Por fin, a instancia mía, se celebró éuando el Padre Samuel llegaba al puerto, quedando este muy edifica– do y complacido. Era muy buen cons~jero y como un verdadero -padre. Oí decir que en Coporito había una niña que tenía una infección en la vista, con peligro .de perder– la para siempre. Entonces la madre la encomendó al Padre Santos, y sanó pc•r compkto. En Tucupita lo llamaban el Padre santo; todo el mundo lo veneraba. .Jamás habló mal persona alguna de él. Yo le encomien– do todas mis cosas. Hilda de Ar-auguren. Yo conocí al Padre Santos siendo pequeña. Des, pués de su muerte me he encomendado mucho a él, porque decía la gente qt:.e era muy milagroso. T-engo el convencimiento de qu~ me ha escuchado otorgán– dome gracias, y he dichc a mucha gente que se enco .minde a él. Yolanda ele Hemández.

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