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252 dición de Dios estaría conmigo donde quiera que fue~ r-a, como en efecto he viajado -por distintos lugares del país, y siempre, donde. quiera que he estado, he visto el amparo de la divina Providencia. También puedo asegurarle que tuvo Fray Santos un desinterés total a todo lo terreno. . . Siempre estu– vimos pendientes de sus noticias, y conservé durante diez y ocho años esa carta que pongo en sus manos co– mo una reliquia. En varios casos me he encomendado a su alma buena, y siempre me he visto favorecida por su inter– cesión, especialmente dándolie buena índole a un hijo mío que me angustiaba con su mal comportamiento. Con el mayor respeto me despido de usted, rogan– do al Altísimo sean de bien para nuestro querido Fray Santos, los datos que le envío. Su humilde servidora en Cristo. Clemencia Palacio de Mariño. El Padr~ Santos me parecía un santo por sus vir– tudes, especialmente por su caridad universal para con todos, y por su humildad y condescendencia con las gentes. En cierta ocasión quedó al frente de la casa y pa– rroquia; yo le propuse la celebración de una fiesta con procesi6n de las Hijas de María, que no se había he– cho nunca. Me dijo él entonces, que no convenía, por– que el Padre Samuel, su Superior, no lo había realiza– do nunca, viendo yo en semejante conducta , su pro– funda humildad, obediencia y respeto a su Superior.