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18 "Los habitantes de Abelgas vieron en él un no sé qué, pues aunque el pu~blo no er~, muy piadoso, siempre le recordaban con cierta devoc1on. Y aun ~oy, dice el Padre Chana, se puede observar que sus paisa– nos los vecinos de Abelgas, sobre todo los que le con~cieron, le tienen en mu_y elevado concepto de vir– tud". "En las cartas que nos escribía, prosigue don Es– teban, desde Cuba y el Garoní, era muy conciso: sólo un saludo piadoso; que se acordaba de nosotros en el santo Sacrificio de la Misa, y que nosotros nos acor– dáramos de él en la misma forma. Sólo nos dijo una vez: "Dum tempus habemus operemur bonum". Mien– tras tenemos tiempo obremos el bien". Un compañero suyo de juventud, escribe; "Cono– cí al jovencito Lorenzo creo que por el año de 1892, y noté que desde niño era muy piadoso. Jamás alter– naba en fiestas y diversiones _propias de su edad, y los domingos y días de vacación cogía un libro y daba largos paseos por las orillas de los ríos, entablando prolongadas conversaciones con los ancianos que te– nían fincas en aquellos sitios" (8). Para un psicólo espiritualista, estas excursiones juveniles y las prolongadas converaciones con los an– cianos, eran el preludio de las muchas correrías que, en su larga vida de misionero, había de realizar, con el nobilísimo fin de buscar las almas extraviadas e ignorantes de las verdades religiosas y reducirlas al único redil del buen Pator Jesús. Otro de los entrenimientos predilectos de nuestro futuro misionero era decir Misa. No tenía para ello ne– cesidad de buscar lugar adecuado; los campos, los montes, la propia casa, se convertían en templos del Señor, en donde Lorenzo, con seriedad, reverencia y devoción repetía las ceremonias y las palabras que (8). Padre Nicolás de Cármenes. Informe particular.

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