BCCCAP00000000000000000000752

201 brazos y lo trasladaba de uno a otro lado, cual otro· S.an Francisco de Asís. ¡ Qué conmovedor resultaba ver n aquel jov':ln enfermo cr.uzar sus brazos sobre el cue• llo del Padre Misionero! ... Al dirigirme una mañana al dormitorio de los ni– ños, con e~ alimento para los ergermos, ví con sorpresa q~1e Agap:b no estaba en el chinchorro, e interrogué al Padre, ·?:l cual me dijo: "Anoche se sintió muy mal, y lo llevé a mi habitación". Y ¿ cual no seria mi sor– presa. al llegar a la celda del Padre, y ver al· enfermo acostado en la propia can1a de este, cubierto con la. ropa de su uso personal?. . . Como en estos casos se azoraba e: Padre de ver su vi:~-tud descubierta, yo so-. 'lía decirle: "El Padre Santos tiene amistad particular· coh Agap:t::> y con Moreno". Era este último otro in– diecito pc..ralitico que acostumbraba sentarse <3n .la puerta de: comedor de los ·Padres esperando Ja salida de los mii:rnos, seguro de que el Padre Santos ·le g'1ar– daba lo mejor de su alimento. Un d:a llegó del campo fatigado, y me llamó para. decirme qUz en el conuco de los casadós había encon• trado a Catalina (una de las indias casadas), a la in– temperie, con un niñito recién nacido, y en la más es– pantosa m:seria. En el rostro. del Padre se revelaba la tristeza que este cuadr() le había ocasionado, y con acento suplicante, me dijo: "Si me dá alguna cosa, aho– ra mismc voy a llevársela. . . Le arreglé una buena cantidad de alimentos que él cargó en un saco sobre ·sus espaldas, y· salió más contento que una pascua, a practicar una obra de misericordia, mejor dicho: mu•• chas en una. La pedací del Padre Santos se traslucía en los; frutos qUB d~· ella dimanaban; pero él tenia sumo cui~ dado en ocultar .los dones del Señor, y siguiendo el ·consejo del Evangelio, acostumbraba a encerra.rse en.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz