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169 ligereza con personas de otro sexo; y eso que le tra– taban con mucho afecto y cariño familiar, pe:ro siem– pre con mucho respeto. Tanto en los recreos como en el trabajo se le veía siempre muy recogido; pero era muy amable y, con frecuencia, tenía alguna gracia que referir. Era muy parco en la comida y comía de cuanto• le presentaban, incluso de todas las comidas de los indios. Alguien vió una vez que aceptó la comida mas– ticada que le ofreció una india; después de metida en la boca hizo que la comía, .pero no pudo tragarla, y con disim:tlo, para no desagradar a la india, se volvió para un lado y la echó en el pañuelo de mano. En los doloreH gravísimos de sus enfermedades •no se le ,·eía quejarse; quería valerse él solo para to– do por no molestar a nadie. Era sumamente delicado en el trato con los religiosos, y frecuentemente traía a colación en las conversaciones, los buenos ejemplos de otros religiosos, Padres y Hermanos, recalcando: con marcada intención sus virtud.es . Cuando iba al trabajo con los niños internos, se metía en el capucho del hábito un libro de Fray Juan– de los Angeles para hacer lectura espiritua], y sin des-– cuidar el atender a los niños, pasaba la mayor parte del tiempo en oración. •reniendo, pues, en cuenta la opinión común de los Religiosos y Religiosas que le tratardn a fondo, de lo que piensan de él los criollos y los mismos indios, pue-– de afirmarse que el Padre Santos fué un excelente re-: ligioso y que practicó las virtudes en grado heroico, Fra.y Constantino Gómez Villa, Vic. Apost. del CaronL