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87 punto". Y la ve como experiencia de aniquilación. Describiendo esta aniqui– lación, se fija sobre todo en su vivencia subjetiva, haciendo ver en qué consistió: dice que Jesucristo se sintió "aniquilado en el alma, sin consue– lo y alivio alguno", "en intima sequedad, según la parte inferior", en "el mayor desamparo sensitivamente que habia tenido en su vida", "aniquilado en todo", "aniquilado y resuelto como en nada"; remata esta descripción con las palabras de David, que, al verlo, "dice de él: 'Ad nihi lum redactus sum, et nescivi' (Sal 72,22)"; estas palabras, puestas como una conclusión, dan la clave para comprender la visión subjetiva de la aniquilación ofrecida en esta descripción: la aniquilación de que habla es la reducción a la nada, al vacio producido por la supresión del dinamismo espiritual 41 • Al describir esta aniquilación de Jesucristo, se fija también en su causa objetiva, seña– lando de dónde procede: dice que los hombres, "como lo veian morir, antes hacian burla de él que le estimaban en algo"; que la naturaleza lo abandonó; y que e1 Padre le retiró su "amparo y consue 1o espi ri tua 1", "1 e desamparó"; inicia esta descripción con las palabras del mismo Jesucristo en la cruz: "le dejó el Padre asi en intima sequedad, según la parte inferior. Por lo cual fue necesitado a clamar diciendo: '¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has desamparado?' (Mt 27,46)"; estas palabras, colocadas como introducción, 41 0bservamos que en esta descripc·ón subjetiva de la noche espiritual de Jesucristo "no figuran espinas, sangre, tormentos fisicos. Es la persona y el ser lo que allí vale. La clave del misterio y su eficacia están en el hombre Cristo, que se aniquila en fe" F. RUIZ, Introducción a san Juan de la Cruz, p. 372; cf. GIOVANNA DELLA CROCE, Partecipazione alla passione e marte di Cristo in san Giovanni della Crece, pp. 230-232; LUCIEN-MARIE DE SAINT JOSEPH, Le Christ dans la doctrine de saint Jean de la Croix, pp. 248-258. Se trata de la reducción a la nada y al vacío del hombre sufridas por quien vive radicalmente de Dios; por quien de esta forma puede "reconciliar y unir al género humano por gracia con Dios", pagar "la deuda" y unir "al hombre con Dios" (S II,7,11).
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