BCCCAP00000000000000000000751

80 b. Para presentar la noche activa del espíritu, como hemos visto, descri– be la absorción de las potencias espirituales por las virtudes teologales (S II-III). En esta descripción no parece ofrecer datos de interés sobre la fuerza divina sentida en la noche. Con todo, hace varias referencias al Espíritu Santo que afectan hondamente al contexto en que las inserta (S II,5,5; III,2,8-9.16). Analizando ahora estas referencias pneumatológicas, acabamos de ver con claridad el carácter específico de esa fuerza entrevisto en los textos precedentes. En un primer momento presenta la noche activa del espíritu en grandes líneas (S II,1-7). Queriendo ahondar en la descripción global que va hacien– do de la absorción del espíritu por las virtudes teologales, se detiene a hablar de la unión con Dios fraguada en ella (S II,4,8-5,11). Después de tratar de esta unión en términos especulativo-escolásticos (S II,5,1-4), pasa a probar lo dicho con textos bíblicos y comparaciones (S II,5,5-11). Acude a Jn 1,13 y dice que Dios sólo dio el poder de ser hijos suyos "a los que son nacidos de él, esto es, a los que renaciendo por gracia, muriendo primero a todo lo que es hombre viejo, se levantan sobre sí a lo sobrena– tural, recibiendo de Dios la tal renacencia y filiación, que es sobre todo lo que se puede pensar" (S II,5,5). Acude también a Jn 3,5 y afiade que "el que no renaciere en el Espíritu Santo, no podrá ver este reino de Dios, que este contexto no se hace alusión alguna al Hijo. Con todo, de alguna forma está presente dada la comprensión cristológica de la noche: si el Espíritu Santo hace amar en la noche y la noche es el destino de Jesucristo, el Hijo, él es el verdadero protagonista de esta experiencia espiritual. Pero así se percibe una dirección nada más del movimiento intratrínítario: la que va del Hijo al Padre en el Espíritu Santo; queda oculta la contraria: la que lleva del Padre al Hijo en el Espíritu Santo; la razón es clara: la acción del Espíritu Santo es vista en Subida y Noche en el contexto de la marcha noc– turna del hombre a Dios.