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79 increado del Padre" (S I,6,3), se une al Padre 33 • Estas referencias pneumatológicas que empujan a identificar al espfritu de S I,5,2 con el Espíritu Santo, parecen imponerse a las pistas que hacen ver en él una alusión a la plenitud divina.-Según esto, al ponerse en rela– ción el menosprecio de las cosas co1 el precio del espíritu de Dios, se afirma que entre la privación de las cosas y la llegada de Dios existe otro hecho: la recepción del Espíritu Santo, dándose así esta combinación: priva– ción de las cosas-recepción del Espíri:u divino-llegada de Dios. Así, pues, las cosas pueden entrar en el alma directamente, Dios sólo a través del Espíritu; el alma delante de las cosas se aficiona o rechaza; delante de Dios, en cambio, es incapaz de reaccionar, a menos que reciba el Espíritu que hace aficionarse a él. Así, analizando estas referencias pneumatológicas, entrevemos el carácter específico de la fuerza divina que actúa en la noche: esta fuerza es la afición divina del Padre sentida por el Espíritu Santo, que arraiga en el hombre que renuncia a su propia afic·ón, sumiéndose en la mayor oscuridad. De esta forma, la noche, que es el destino del hombre vivido por Jesucristo, aparece como el ámbito del Espíritu Santo3 4 • 33 Este es el segundo de los dos aspectos que hemos visto en las refe– rencias pneumatológicas de S I,5-7: el carácter sobrenatural de la tensión hacia Dios; cf. nota 31, p. 234. Este carácter aparece aquí mucho más defi– nido. Con todo, sólo ligeramente se insinúa la inserción de esta tensión sobrenatural en el movimiento trinitario: Dios en Dios, se dice. Por esto, insistimos que no asoma aquí la problemática trinitaria de Cántico y Llama; cf. H. SANSON, El espíritu humano según san Juan de la Cruz, pp. 520-551. 34 En los textos analizados no pasa de entreverse que la fuerza divina que actúa en la noche es lct fuerza intratrinitaria que une al Padre: no se nombra al Espíritu Santo de forma enteramer,te explícita; simplemente se habla del espíritu de Dios, del espíritu increado del Padre. Notamos que en