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71 Asi, queda probado que no existe contradicción entre la autocomunicación de Dios en la noticia, en si sutil y delicada, y en su Hijo-Palabra humana– do, pues estos dos extremos, aparentemente encontrados, no sólo no se exclu– yen mutuamente, sino que se implican entre si 23 • La noticia sutil y delicada es el misterio de Dios que sólo se revela enteramente en Cristo, su Hijo– PaJabra, humanado y sufriente, en quien está presente; y el misterio de Dios, presente por entero en Cristo, su Hijo-Palabra, humanado y sufriente, comportement général du mystique: tout en luí se concentre pendant un cer– tain temps dans une certitude qui ne va pas sans une certaine image, mais cette image est ramenée a ses contours les plus essentiels ou meme a une sorte de point obscur, dans l'attente d'une genese nouvelle" Le sens de 1~ existence selon saint Jean_de la Croix, v. 2, pp. 192-193. No basta esta explicación: san Juan de la Cruz no trata sólo de hacer abandonar las imáge– nes externas para concentrarse en la interna; intenta sobre todo conducir a una concentración en el contenido divino de la imagen humana; el mismo G. Morel lo sugiere páginas más adelante; cf. ib·ici§m, pp. 186-189; Lucien-Marie de saint Joseph lo dice con claridad; cf. o. c., pp. 275-281. 23 F. Ruiz., lo ha explicado de forma no suficientemente satisfactoria. Tratando de reconstruir la estructura de S II según su dinámica propia, dice que "la parta del libro dedicada a la fe en particular (8-32) tiene cuatro secciones: dos son doctrinales (8-9, 17-22), dos descriptivas (10-16, 23- 32). Las doctrinales establecen las bases y se corresponden entre si: nin– guna imagen as válida, sólo la fe, porque su contenido es Cristo, única verdadera revelación del Padre" Obras, p. 154. Y añade que el orden que les da el autor "deja sin respuesta la demostración negativa de los capitulas 8- 9; y esto se remediaría haciéndolos seguí r de los capítulos 17-22" ibidem, p. 154. Según esto, el contenido de los cps. 17-22, positivo, sigue al de los cps. 8-9, negativo. Entre estos dos bloques se da en realidad una rela– ción interna mucho más honda: el que Cristo sea contenido de la fe no es el motivo por el que hay que rechazar toda imagen y atenerse sólo a la fe; en este caso, la fe no pasaría de ser la negación de las imágenes particulares; el motivo por el que hay que rechazar estas imágenes radica en que impiden la acogida de la noticia de Dios "en si" en la imagen única de Cristo, como contenido de la fe; la fe no sólo implica la negación de las imágenes parti– culares, sino la acogida de la noticia de Dios "en sf" en la imagen única de Cristo. En este sentido el contenido de los cps. 17-22, negativo y positivo, aparece ya en los cps. 8-9, negativo y positivo también, de manera que se puede decir que estos últimos no hacen sino adelantar lo que se dice más ampliamente en aquéllos. Sólo asi se puede afirmar que "el cap. 22 consti– tuya el verdadero centro, que da vida y luz a cuanto precede y todo lo que sigue" ibídem, p. 155.
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