BCCCAP00000000000000000000751

68 Pero en realidad no existe ninguna contradicción entre la autocomunica– ción de Dios en la noticia oscura, confusa y general, por un lado, y en su Hijo-Palabra dado al mundo, por otro. Para probarlo volvemos más despacio sobre estos dos extremos encontrados. Fijándonos en el primero, nos preguntamos qué significa exactamente el carácter oscuro, confuso y general de la noticia en la que "pasivamente se comunica Dios" (S II,15,2). Hablando de ella dice que "es a veces tan sutil y delicada, mayormente cuando ella es más pura sencilla y perfecta y más espiritual y interior, que el alma, aunque está empleada en ella, no la echa de ver ni la siente" (S II,14,8; cf. 13,7; 14,1; 15,4); la trata de "admira– ble y subida" (S II,15,5), "divina luz ... serena y limpia luz ... luz limpia y sencilla" (15,3; cf. 14,10), y dice que produce "divino sosiego y paz" (S II,15,5; cf.14,2; 15,1), "paz, descanso, sabor y deleite sin trabajo" (S II,13,7), "quietud amorosa" (S II,14,4; cf. 13,6; 15,2). Después de habla,· de esta noticia, advierte "cómo no porque esta luz se represente al entendi– miento más comprehensible y palpable ... , por eso ha de tener el alma por más pura, subida y clara, pues está claro que, según dice Aristóteles y los teólogos, cuanto más alta es la 1uz divina, y más subida, más oscura es para nuestro entendimiento" (S II,14,13). Según esto, la oscuridad, confusión y lequel Dieu fonde toute determination temporelle, la renonciation e la mé– diation christologique ne peut etre qu'une prétention a la découverte im– médiate de Dieu, c'este-a-dire a la découverte d'un Dieu irréel. Mais en meme temps l'etre humain que s'attacherait a la médiation, que la fermarait sur elle-meme, n'aboutirait pas davantage a la Réalité. Ni fuir la médiation ni s'y arreter, telle est l'attitude. Elle suppose que l'on entre en ce mouvement incessant de vie et de mort, de négativité créatrice, hors duquel 1'existence du Christ est totalement incompréhensible" G. MOREL, Le sens de l'existence selon saint Jean de la Croix, v. 2, pp. 184-185. En este contex– to de la relación entre su transcendencia y su corporeidad, Dios parece abrirse en su trinidad.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz