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61 ción la linea anterior: el camino es Cristo, y abarca las noches del sentido y del espfritu. Dice concluyendo: al ver el aniquilamiento de Cristo, "David dice de él: 'Ad nihilum redactus sum, et nescivi' (Sal 72,22); para que entienda el buen espiritual el misterio de la puerta y del camino de Cristo para unirse con Dios, y sepa que cuanto más se aniquilare por Dios, según estas dos partes, sensitiva y espiritual, tanto más se une con Dios" (S II,7,11). Reafirma de esta forma al final de la exposición la misma linea que ha asumido al comienzo: el camino es el mismo Cristo, e incluye las no– ches del sentido y del espíritu 11 • Entre esta introducción y esta conclusión presenta el camino de Cristo como el recorrido de las noches sensitiva y espiritual hecho por él. Hablando del de la primera alude Mt 8,20: "como él dijo, en la vida no tuvo donde colocar la cabeza, y en la muerte lo tuvo menos" (S II,7,10); y hablando del de la segunda cita Mt 27,46: "fue necesi– tado a clamar diciendo: '¡Dios mfo, Dios mio!, ¿por qué me has desampara– do?'" (S II,7,11). Mantiene asi en la exposición la linea que ha asumido al comienzo y al final de la misma: el camino es Cristo que sufre en su vida y en su muerte las noches del sentido y del espíritu 12 • 11 0curre aquf lo contrario que en la instrucción precedente (S II,7,2- 8): al comienzo de la exposición res~lta clara la identificación del camino con Cristo: "Cristo es el camino" (S II,7,9); mientras que al final se difu– mina: "el misterio de la puerta y del camino de Cristo" (S II,7,11). Repeti– mos lo dicho antes: dado el tenor general del capitulo, hay que leer la formulación más débil a la luz de la más recia. 12 Debemos hacer aquí lo contrario que en la instrucción precedente (S II,7,2-8): debemos ver el alcance antropológico del camino de Cristo des– crito en este texto a la luz del camino del hombre descrito en el texto anterior en los mismos términos: si Cristo recorre este camino es porque el hombre debe recorrerlo y no tiene fuerza. Así, pues, Cristo recorre su cami– no para que, unido a él, el hombre pueda atravesarlo: el camino que el hom– bre debe recorrer es la causa del camino de Cristo. Esto explica que el camino de Cristo sea presentado siguiendo el esquema utilizado para descri– bir el camino del hombre: como el hombre, Cristo atraviesa la noche del

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