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59 mi, si alguno entrare, salvarse ha'" (S II,7,8). Vuelve a identificar así, explícitamente esta vez, la puerta y el camino con Cristo, y señala después que el camino alude a las noches del sentido y del espíritu, "camino de Dios" (S II,7,8) 8 • Entre estos textos que abren y cierran la instrucción coloca Me 8,34-35, Jn 12,25, Mt 10,39, Jn 12,25, Mt 20,20-22 y Mt 11,30, donde, "instruyéndonos e induciéndonos nuestro Señor en este camino" (S II,7,4), nos hace ver "la desnudez y pobreza, o enajenación o pureza espiri– tual" (S II,7,5) que implica. Identifica este camino con "la cruz pura espi– ritual y desnudez de espíritu pobre de Cristo" (S II,7,5), y lo describe, utilizando los términos empleados para exponer las noches sensitiva y espi– ritual, como camino de "aniquilación de toda suavidad en Dios, en sequedad, en sinsabor, en trabajo ... que esto es seguir a Cristo y negarse a sí mismo, y esotro, por ventura, buscarse a si mismo en Dios, lo cual es harto contra– rio al amor; porque buscarse a sí mismo en Dios es buscar los regalos y recreaciones de Dios, mas buscar a Dios en &fes ... inclinarse a escoger par 8 En el comentario del texto inicial de esta instrucción no queda claro el alcance cristológico del camino nccturno: "para entrar el alma por esta puerta de Cristo ... " (S II,7,2; cf. N pro; I,7,4; 11,4; CB 1,1); sin embar– go, en los textos puestos al final para animar a "imitar a Cristo" aparece con toda claridad: "él es el camino ... 'yo soy la puerta' ..... (S II,7,8). Dado el tenor general del capítulo, hay que leer la formulación más débil a la luz de la más recia. Así, pues, el camino nocturno no consiste propiamen– te en repetir, en copiar lo que Cristo ha hecho: el camino de Cristo no es solamente modelo del camino del hombre; el camino nocturno consiste más bien en vivir desde Cristo, arraigado en él, como él ha vivido: el camino de Cristo es fundamento, base, del camino del hombre. Así, es insuficiente decir que en S II,7 se da simplemente una interiorización y una concentra– ción de la imitación de que habla S I,13 situándose en una etapa anterior del camino espiritual, como afirma F. RUIZ, Introducción a san Juan de la ~ruz, pp. 378-379; o que se ofrece una nueva formulación de la imitación presentada en S I,13, como opina E. PACHO, Obras, pp. 272, 274. Sólo viendo en S II,7 una presentación del camino nocturno como participación en el camino de Cristo se comprende de qué manera cimienta la realidad de la noche dibujada en §ubida y 1:-!.oche.

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