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101 Conclusión Nos habíamos propuesto entrar bajo la guía de los comentarios en la expe– riencia teologal de Dios que el poema hace simbólicamente presente. Nos habíamos propuesto también desentrañar la explicación que dan los comenta– rios de las piezas de la estructura interna del poema para captar asi el desbrozamiento que hacen de la f·igura de la noche y la descripción que ofre– cen, por tanto, de la experiencia teologal de Dios, presente y visible en esa figura. Con el análisis hecho hemos desentrañado la explicación que dan los co– mentarios de las piezas de la estructura interna del poema y hemos captada asf, a la vez, el dasbrozamiento que hacen de la figura nocturna y la des– cripción que ofrecen de la experiencia teologal de Dios. Este es el resul– tado: -- En la primera fase (sección primera), que no hemos recogido aquí, ha aparecido la explicación explicita de esas piezas en una perspectiva fun– damentalmente antropológica. El hilo conductor es, en este nivel de superfi– cie, el cambio de dinamismos sufrido por el creyente: descendiendo al fondo del ser, el creyente pierde el dinamismo espiritual con el que ve a Dios de MARIE DE SAINT JOSEPH, Le Christ dans la doctrine de saint Jean de la Croix, pp. 268-270; F. RUIZ, Jesucristo: rostro humano de Dios, rostro divino del hombre, p. 81. En segundo lugar, se ha visto la unión de Dios con el hombre a la luz de la unión hipostática en la que se da un movimiento simultáneo de descenso del Verbo y de ascenso de la naturaleza humana; cf. s. GATTO, La comunione con Dio in Cristo, pp. 155-156; GIOVANNA DELLA CROCE, o. c., pp. 125-126; LUCIEN-MARIE DE SAINT JOSEPr, o. c., p. 259; J. a c. PETERS, Fun– ción de Cristo en la mística, p. 517; E. STEIN, La ciencia de la cruz, pp. 338-339. Pero no se ha llegado a formular con claridad la unión de estas dos líneas, haciéndose ver plenamente su resultado.

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