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100 Padre, Jesucristo lo ha hecho presente en ella. En Jesucristo y con él el Padre se ha acercado al hombre 51 • Así, pues, colocándonos en esta doble dirección, vemos, por un lado, que, entrando en el destino de Jesucristo, el hombre se abre en él y con él por el Espíritu Santo al Padre; y vemos, por otro lado, que, dejándose arrastrar en este destino, el Padre se ha acercado con Jesucristo y en él al hombre. Pero, ¿cómo accede el hombre al Padre al entrar en el destino de Jesucristo? Acogiendo en él la infinitud del amor paterno. Y, ¿cómo llega el Padre al hombre al dejarse arratrar en el destino de Jesucristo? Vertiendo en él su amor inifinito de Padres2. 51 Es la línea "descendente· de que se habla en los estudios sanjuanis– tas, a partir sobre todo de S, II,22, del romance In principio erat Verbum y Cántico; cf. F. GARCIA MUÑOZ, Cristología de san Juan de la Cruz, pp. 35- 154; S. GATTO, La comunione con Dio in Cristo, pp. 142-153, 360-368; GIO– VANNA DELLA CROCE, Le Christ chez saint Jean de la Croix, pp. 123, 136-143; Partecipazione alla passione e marte di Cristo in san Giovanni della Croce, pp. 231-237; LUCIEN-MARIE DE SAINT JOSEPH, Le Christ dans la doctrine de saint Jean de la Croix, pp. 271-281; E. PACHO, San Juan de la Cruz. Temas fundamentales, v. 1, pp. 198-204, 206-209; F. RUIZ, Introducción a san Juan de la Cruz, pp. 360-371; Místico y Maestro, pp. 124-132. Sin embargo, frente a la mayoría de estos autores que destacan en las obras sanjuanistas el descenso del Verbo por la encarnación desde el Padre hasta el hombre, aquí nos fijamos en la presencia del Padre en el destino en el que Jesucristo se entrega al hombre, tal como aparece en el fondo de Subida. Conseguimos con esto encontrar una salida a la dificultad por salvar el carácter plenamente cristológico de la contemplación: en vez de insistir en que tiene al Verbo encarnado como contenido, como hacen los estudios mencionados, corriendo el riesgo de dejarla diluida, hacernos ver que en ella se acoge al Padre entre– gado al hombre en el destino histórico de Jesucristo; salvarnos así el ca– rácter específico de la contemplación. Hemos indicado ya (nota 46, p. 250) que en esta dirección descendente Subida y Noche no dejan ver la función del Espíritu Santo. 52 Es la unión de las lineas "ascendente" y "descendente". Esta unión ha sido sugerida de distintas maneras. En primer lugar, se ha hablado de la mutua implicación de la contemplación, que alude a la línea descendente (como acogida de Dios que viene), y la imitación, que hace referencia a la línea ascendente (como participación en la entrega de Jesús al Padre); cf. GIOVANNA DELLA CROCE, Le Christ chez saint Jean de la Croix, p. 123; LUCIEN-
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