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Ante las necesidades de la iglesia en Venezuela los capuchinos, como la mayoría de las congregaciones religiosas, han tenido que aceptar la atención a. parroquias como medio de evangelización, no siendo esta tarea, en principio, la propia de su carisma. Y en las parroquias han hecho lo que todo buen pastor debe hacer con sus fieles. De la misma manera, han aceptado eng1r algunos centros educativos como servicio a la iglesia venezolana y a la juventud y la infancia, mayoría en nuestro país. Pero la educación formal y de aula tampoco es su carisma específico. Han estado presentes, en forma poco institucional, en algunos centros urbanos marginales, llevando a cabo una labor encomiable, pero no suficientemente asumida por la Orden como tal. Y han estado permanentemente presentes entre nuestros indígenas, considerando que, hasta el presente, esa ha sido la razón principal de su presencia en Venezuela. Sin embargo, después de cien años de dedicación a un tipo de evangelización que debe ser reformada, renovada o dejada de lado, y al frente de una iglesia m1s10nera que ha evolucionado considerablemente, ha llegado la hora de preguntarse en qué debe modificarse la presencia de los capuchinos en Venezuela. 2. Cambios necesarios. De la misma manera que en Europa las congregaciones y ordenes religiosas dedicadas, por siglos, a las misiones populares y al culto cristiano, se han visto precisadas a revisar su modo de vida y afrontar nuevas tareas y formas de presencia en medio de una sociedad diferente, en Venezuela los capuchinos tienen que someter a una sincera evaluación las formas y los modos de su presencia entre el pueblo en general y, de modo especial, entre los indígenas. - Cuando la evangelización es una urgencia a todos los niveles en el país, y la ignorancia religiosa la causa de la languidez de nuestra iglesia, los capuchinos no pueden limitarse a e.star presentes en templos de larga data para atender a los que acuden a ellos en demanda de sacramentos o de devocionalismos. - Cuando la parroquia y la educación de la infancia y de la juventud son los medios normales a través de los cuales la iglesia en 77