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la españolidad en España, más que un dato que se dé por supuesto, es una tarea, un compromiso, un desafío, una meta a lograr. +++++++ La Orden religiosa en Venezuela la qu1s1era cada vez con un talante mayor de Evangelio. Y decir Evangelio es reducir las estructuras jurídicas a lo mínimo. Es cierto que algo de estructura es indispensable. Pero la estructura es para el Evangelio, no el Evangelio para las estructuras. A veces se piensa que una congregac1on va viento en popa, si se multiplican las moles de cemento armado. No queremos convencernos de que las construcciones pesan como losas de piedra sobre las personas, y aplastan la grama, y las flores, y entonces también se mueren las mariposas y las canciones que brotan del corazón. Vivir el Evangelio es contemplar a Dios en la vida (la orac10n nunca debe ser ajena a la vida). Es saborear los dones de la creación, y alegrarnos del aguá sin contaminar de las fuentes, y del cielo estrellado en la noche, y de los mendrugos de pan recibidos con respeto eucarístico. +++++++ Evangelio es sentirnos hermanos de toda creatura, y tener capacidad de jugar con los niños, y de gritar nuestro dolor cuando se tortura, se mata a cualquier hombre o mujer, aunque sea culpable. Es solidaridad con los pobres. Una congregación religiosa que por un mal entendido afán de limpieza, se lava las manos ante el asesinato, ante la corrupción, ante la injusticia, y procede como el sacerdote y el levita de la parábola, que se desentienden dando un rodeo, no entra en mis sueños. No puedo amar una congregación alienada de la vida, so pretexto de dar culto a Dios. Líbranos, Jesús, de entender así tu mensaje de liberación. Que no seamos una congregación que por miedo a la cruz, convirtamos en agua el vino del Evangelio, y demos una piedra al que nos pide pan, o una serpiente venenosa al que nos pide pescado. Sueño una congregac1on abierta al futuro, con la libertad que Tú, Jesucristo, nos trajiste. Una libertad nunca ahogada por leyes y normas. Temo la multiplicación de disposiciones inútiles, 74