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VI.- A L F I N V u E L V E N L o s e A p u e H I N o s Al iniciarse la guerra de independencia el mapa de Venezuela estaba dividido para los ministerios religiosos entre las diversas Ordenes Religiosas, que desarrollaban su apostolado entre los fieles y progresivamente extendían su acción evangelizadora hasta los indígenas situados en la periferia de las fronteras nacionales. Los Religiosos Capuchinos ejercían su múltiple apostolado en una parte claramente mayoritaria de la nación, pues tenían sus misiones en el oriente, en el centro, en el sur y en el noreste. De no haber surgido el conflicto bélico independentista, la obra de los religiosos entre los indígenas habría culminado en no muchos años, pues al ritmo con que evangelizaban, pronto todos los indígenas recibirían el benéfico influjo de su apostolado y de su acción promotora del adelanto social de los indígenas. Pero todo ese apostolado acelerado y la labor social progresista quedaron fatalmente truncados en el conflicto bélico. Se cortó en seco en ritmo progresivo de fundación de nuevos pueblos con indígenas atraídos a la vida social de nuevo estilo. La mayoría de los pueblos recientemente fundados desaparecieron, al faltar los misioneros que la guerra ahuyentó, pues los indígenas sin sus guías naturales y comprensivos huyeron de nuevo a sus selvas y se perdió una labor realizada con grandes esfuerzos y gesto de vidas humanas empezadas en ese arduo trabajo misional. A los efectos destructores de la guerra se sumaron los de la ley del Congreso de Cúcuta de julio del 1.821, que suprimía los conventos con menos de ocho religiosos. Cuando pasados los afanes de la guerra se trata de poner orden en la patria reconquistada, se dan cuenta del desastre irremediable en las regiones fronterizas en que los religiosos trabajaban con los indígenas. Simón Bolívar, Presidente constitucional de la Gran Colom_bia, consciente de todos esos estragos y de ciertas leyes posteriores, y ante la triste situación de los indígenas de los decretos de julio y septiembre del 1.828. Pero pronto a estas leyes se les echa tierra y se dan otras contrarias. En estos forcejeos se llega a 1.841 en que el gobierno 16

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