BCCCAP00000000000000000000749

«Vosotros no me creéis, porque no sois de mis ovejas» (Jn 10, 26). · «Yo para esto he nacido, y para esto he veni– do al mundo: para testimoniar por la verdad; todo el que es de la verdad, escucha mi voz» (Jn 18, 37). Merecen mucha atención las oraciones litúrgi– cas de estos días de la Semana Santa: ellas pue– den darnos una buena pista para la acertada in– teligencia de bastantes cosas difíciles, en nuestra nada fácil Fe. Nos estamos ahora pasando de rosca en .un afán de «purificar» el concepto de Dios, de modo que resulte aceptable, razonable y grato para el mundo contemporáneo... , pasando también de rosca en el empeño de dar a los hombres de hoy un cristianismo de sólo aspectos «positivos» (se– gún dicen): comprensivo, dialogante, muy a to– no en sus exigencias (que no deben chocar con los gustos o aficiones de estos importantísimos seres que son las criaturas humanas ...). Me temo que no sea Dios quien deba acomo– darse a los hombres, sino al revés. Ni en su hacer ni en su decir anduvo nunca Jesús ciudadoso de lo que mejor pudiera sentar a los hombres: El hacía lo que debía hacer, y decía lo que tenía que decir, bien despreocupado de que sentara o no sentara. Por eso llegó el Viernes Santo. * * * 83

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz