BCCCAP00000000000000000000749

tanto las grandes personas como las grandes obras se han fraguado siempre en largos tiempos de aprovechada soledad, de recogimiento activo, en que el estar «apartados» de los otros resul– taba el mejor entrenamiento para servirles luego con eficacia mayor. Pululan ahora ciertos «profetas» del activismo, que nos vocean, por todos los medios, la nece– sidad de que todos los cristianos, clérigos y lai– cos, estén metidos sin pausa en un exaltado que– hacer de toda índole... , tan «encarnados» en las realidades de este mundo, que marchen en la agitación de todos: sólo así puede merecerse la patente de cristianos auténticos y actuales. Para tales «espíritus fuertes», como escribió un día Javier María Echenique, «sólo son apostólica– mente válidos el sindicalismo cristiano, la socio– logía religiosa, las paraliturgias nuevas, el análi– sis psicológico-teológico de la fe ... , y exigen no sé qué capacitación sociológica amarga e hirien– te, o una angustia táctica, o una cultura enciclo– pédica» (sí, más de enciclopedia, que de honda asimilación). Bien, amigos: «Ne quid nimis». Es decir, cui– dado con pasarse de rosca. Hay que hacer mucho hacia afuera; pero sin descuidar lo muchísimo que hay que hacer por dentro. El Evangelio da impresión de menos frenesí ... En Cristo se nos muestra un hacer con sosiego,. un hacer en profundidad, que sacudiendo la des– gana, lleva adelante la tarea, sin agitaciones de mal talante, embrolladas y extravertidas. 72

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz