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LECCIONES DE CINE. P AN y cine» podría decirse para grandes ma– « sas de nuestros contemporáneos como se decía « Pan y circo» para las masas de la antigua Roma... No olvidaré nunca ciertas películas que he visto --muy pocas- y quisiera que no se me ol– vidaran tampoco las buenas lecciones que en ellas viví. Por ejemplo, la altísima, sustancialísima lec– ción que se explicaba en «Fray Escoba» y en «Mo– lokai». Lección que puede resumirse así: sólo hay una manera de «llegar», es decir, de llegar a las cumbres: darse en serio, del todo. Darse a lo que Dios quiere de cada uno. Darse en olvido de sí mismo. Darse en sincera dedicación a los demás. Darse como sea y en lo que sea ... (que muy frecuentemente es lo que cuesta y humilla). En última instancia, todo se reduce a lo que nos enseñó el Divino Maestro: «Negaos a vos- 63