BCCCAP00000000000000000000749
¿MOR!R EN PASCUA? E N los días de Pascua no debería morir nadie. Eso, al menos, parece. Porque celebran~ é.o el triunfo de la más hermosa vida... Sin embargo, la muerte no hace paréntesis. Ni siquiera en atención a la liturgia. Y la gente si– gue «¡:artiendo», con aleluyas o sin ellos. Precisamente este año -durante los días pas– cuales- he tenido que escuchar el Réquiem casi tanto como el Aleluya; y esto me ha obligado a una seria meditación sobre el tremendo misterio. Por<;'._ue el morir es misterio, y tremendo. Cuan– do nos toca de cerca, cuando quien muere es una persona entrañablemente amada, toda una con– vulsión de desconcierto y de interrogantes (si no de rebeldías) estremece nuestro ser. ¿Por qué, Señor, por qué? ¿Por qué precisamente él..., por qué elia? ¿Por qué ahora: no podías haber aguar– dado unos años más? ¿Y por qué hemos de aca– bar tedas así? ¿No podías haber hecho las co– sas de otro modo? 355
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz