BCCCAP00000000000000000000749

Descubrámonos ante un ser así. Pero no sólo ante las que saben ser madres en los trances he– roicos, sino también, y casi más, ante las que saben serlo día a día, en la monotonía fatigosa de las cosas menudas. Quiero suponer, amigos, que todos vosotros habéis recibido de Dios el inestimable regalo de una «madre-madre». Quizá está ahí al lado, al alcance de vuestra mirada y de vuestras cari– cias: devolvedle en atenciones y cariño, y no sólo un día al año, algo de lo muchísimo que ella os ha ido dando primero. Si, por el contrario, ya no podéis apretarla contra el corazón, haced que su recuerdo, el pensamiento de lo que ella que– rría ahora de vosotros, sea un gran estimulante para el esfuerzo de una ejemplar conducta. En nombre de ella, viva o muerta, y en nom– bre de la Otra, la sin par Madre de arriba, sed de verdad BUENOS. Haced para que todos nos sintamos algo más hermanos ... Que nadie pueda sentirse demasiado huérfano, entre los que llamamos madre nuestra a la mis– ma que lo ha sido de Dios. 354

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz