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nadie, y, en consecuencia, según lo que cada uno siembre, así será para él la cosecha: quien siembre para la carne, de la carne reco-• gerá corrupción; quien siembre para el espíritu, del Espíritu co– sechará vida eterna» (Gal 6, 7-8). Sembrar para la carne es lo que no cuesta, lo que resulta siempre más gustoso y fácil. Sembrar para el espíritu es lo que no puede normalmente hacerse sino con esfuerzo y lucha... Entonces la cosa está meridianamente clara: O ENVILECERSE, O COMBATIR Quien sistemáticamente anda rehuyendo todo– lo que supone esfuerzo o lucha moral -sacrifi-– cio, renuncias, mortificación-, automáticamente se pone a sí mismo fuera del camino de la Salud. Que no hay otra alternativa: O ENVILECERSE, O COMBATIR 159·