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tado a cargo del padre Carré, O. P. Según declara– ción del mismo, se escogió el tema de la Virgen, «Madre de Cristo, madre de los hombres», para este año, entre otras razones, porque hoy se tro– pieza con fieles católicos y hasta con eclesiásticos que ponen reparos a la devoción mariana, y la creen poco acorde con la nueva hora de la cato– licidad. Este domingo que digo, 6 de marzo, el orador se dedicó a comentar cálida e inteligentemente una de las expresiones dirigidas a María por el Angel de la Anunciación: «Tú has hallado gracia cerca de Dios»; y al tocar el punto de su virgini– dad, «nueva y especial gracia», se desahogó así: «Del relato evangélico de la Anunciación se tras– luce claramente una voluntad de virginidad en María, y ... henos en el umbral de una espiritual revolución. Innumerables seres van a consagrar– se a Dios, en cuerpo y alma, para mejor servicio de su Reino. ¿ Quién escuchará primero un tal lla– mamiento sino la «sierva del Señor»? ¿No es pre– cisamente su ejemplo el que provocará a la hu– manidad a un don de sí que hasta entonces era desconocido? «Hablo de PROVOCACION, hermanos, y tomo este término en su doble sentido de invitación y de escándalo ... »Hoy como ayer -y hoy más que ayer, a causa del erotismo desencadenado que nos inunda-, la invitación no puede ser aceptada más que su– perando valientemente el escándalo. Un escánda– lo, entendedme bien, hermanos, que procede del desconociminto radical que tantísimos tienen de Jos verdaderos motivos de eso que yo acabo de llamar una revolución espiritual. 148