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¿MAS QUE EL AMOR? ·DE mis tiempos de estudiante guardo el re– cuerdo de un himno que oía cantar en cierta iglesia (dirigido al Niño Jesús): <(Vale más tu amistad, tu cariño, que las perlas que encierra la mar.» El himno difícilmente se habría compuesto hoy, porque los gustos de hoy tiran por otros caminos; pero, entonces y ahora, eso de las perlas es rigu– rosamente exacto. Las perlas se toman como cifra y símbolo de to– das esas cosas, casi siempre pequeñas, por las que se afanan los hombres, o que encantan a las mu– jeres; cosas materiales, desde luego, para las que sirven las pésetas. El himno dice, con toda ra– 'zón, que el amor de Dios vale bastante más que todas esas cosas. Y no es gran ponderación del amor divino. Hay también cosas plenamente humanas que valen 139