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paso de los siglos, se nos ha desfigurado el ser con multitud de adherencias ... Pues vamos allá, «a las fuentes».' El Apóstol San Pablo llega a Europa por los fi– nales del año 50 o comienzos del 51. Expulsado pronto de Filipos, donde ha logrado fundar la pri– mera comunidad cristiana de nuestro continente, «Vía Egnatia» adelante, bien maltrecho, porque en Filipos le han sacudido de lo lindo, va hacien– do penosamente los 150 kilómetros que hay hasta llegar a Tesalónica, populosa ciudad de la costa griega, con importante colonia judía. Aquí, como siempre, trabaja en firme... durante dos o tres meses; pero también de aquí tiene que marcharse precipitadamente, en circunstancias dramáticas. Sigue su ruta: Berea, Atenas, Corinto ... Desde Atenas ha enviado a Timoteo y Silas para ver có– mo andan las cosas entre los creyentes de Tesaló– nica; y en Corinto recibe un día a Tim,oteo que viene con los informes esperados. En general son buenos; pero hay que dar alientos a aquellos cris– tianos, y también instrucción sobre ciertos pun– tos que quedaron demasiado en el aire. Se dispone entonces el Apóstol -es el verano del año 51- a escribir a los tesalonicenses, y le sale su primera epístola a los mismos, que es se– guramente el más antiguo de nuestros escritos canónicos cristianos. «He aquí a Pablo, que, acabadas las muchas ocupaciones del día, ya de noche, se entrega a la labor... El texto de esta epístola necesitó diez fo– lios de papiro, y consumió más de veinte horas de escritura; lo cual significa que durante doce no– ches -dedicando a la tarea un par de horas cada noche- Pablo estuvo en un rincón de su pequeño 105