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Se quiere, pues, saber si también están obligados a los demás consejos del Evangelio, además de los que es– tán expresados con palabras de mandato o de prohibi– ción en la misma Regla, sobre todo porque ellos no pre– tenden obligarse a los demás consejos y no se pueden de ninguna manera o sólo con esfuerzo observarlos a la letra. Por lo tanto, respondemos brevemente diciendo que a los demás consejos evangélicos no están obligados en fuerza de la Regla, sino a aquellos a los que están obli– gados en la misma. A los demás están obligados de la misma manera que para los demás cristianos, y tanto mayormente, tratándose de cosas buenas y justas, por– que se han ofrecido a sí mismos como holocausto precio– so al Señor, mediante el desprecio de las cosas del mundo. 5. En tercer lugar, puesto que en la misma Regla se prohibe: que de ningún :modo los hermanos reciban dinero o pecunia ni por sí mismos ni por intermediarios, y esto quieren observar siempre, se quiere saber con más seguridad, si pueden atreverse, sin transgredir la Regla, a presentar a personas temerosas de Dlos algunos fie– les a través de los cuales ellos ayuden a sus necesidades, y si a estos mismos fi.eles pueden recurrir con segura conciencia para las mismas necesidades, cuando tengan conocimiento de que han recibido dineros o pecunia, bien entendido que ellos no tienen intención de conser– var por propia autoridad aquel dinero o pecunia, ni exi– girlo de ellos bajo título de depósito. Sobre este punto consideramos que debemos respon– der de este modo: si los hermanos quieren comprar una cosa necesaria, o bien pagar una cosa ya comprada, 273

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