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sucristo, las flores y el perfume de una vida santa, tan– to que la dignidad de la santa Religión pareciera venir de la Orden antes mencionada; nos ha parecido algo digno y conveniente que por reverencia hacia el mismo Padre sea edificada una iglesia particular en la que se coloque su cuerpo 21 • Puesto que, para una obra semejante es oportuno el concurso de los fieles, y consideramos que es útil para su salvación si se muestran en esto como hijos devotos y tienden una mano de ayuda, a todos les rogamos, amo– nestamos y exhortamos en el Señor, que para tal obra den piadosas limosnas de la riqueza que Dlos les ha con– cedido y ayudas inspiradas por la gratitud de la caridad; y así, ustedes, por esta y por otras buenas obras que cum– plirán, según la inspiración divina, puedan obtener los goces de la felicidad eterna. En efecto, contando con la misericordia de Dios To– dopoderoso y con la autoridad de los santos ap6stoles Pedro y Pablo, a cuantos participen con su ayuda en .esta obra, concedemos misericordiosamente la remisión de 21 En la bula con el mismo "incipit", dirigida igualmente desde Rieti, al día siguiente, 30 de abril (no 22 de octubre), al ministro general y a íos hermanos menores,. se habla ya de poner aquella iglesia bajo la especial protección de la Sede Apostólica y se precisa: "Por consiguiente, el fondo que por motivo de pie• dad ha sido ofrecido con el fin de construirles la iglesia y los demás edificios donde se debe colocar el cuerpo del predicho Padre, lo recibimos en derecho y propiedad de la Sede Apostó• lica" (cfr. BF, I, pp. 46 y 794). Por la bula "Is, qui Ecclesiam" del 22 de abril de 1230, sabemos finalmente que este lugar está en la localidad de "Colina del Paraíso" (cfr. !bid., pp. 60-62; en partí• cular la nota c de la p. 60 que recuerda el nombre del donante, Simón Puzarelli y la fecha de la donación, 30 de marzo de 1228). 262

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