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4. Al preguntárseles si eran Albigenses 12 , los her– manos llegados a Francia 13 respondían que sí, no com– prendiendo lo que significaba "Albigense"; no sabían, por lo demás, que se trataba de herejes, hasta el punto de ser tomados casi por tales. Pero el obispo y los maes– tros 14 , después de haber leído atentamente su Regla 15 y encontrándola evangélica y católica, consultaron so– bre este asunto al señor papa Honorio 16 • Este, mediante sus cartas 17 , declaró que su Regla era auténtica porque había sido aprobada por la Sede Apostólica, y los her– manos, hijos especiales de la Iglesia Romana y verdade– ros católicos. Así los liberó de la sospecha de herejía. 12 Los Cátaros (puros) hacia 1150 estaban ampliamente es– parcidos en Francia meridional, en las cercanías de Albi (de ahí el nombre de Albigenses). Su doctrina dualista condenaba como malo todo cuanto estuviera en relación con la materia, todas las estructuras sociales. En su contra, Inocencio III proclamó la cruzada, que tomó de ellos su nombre. 13 La misión fue guiada por el hermano Pacífico en lugar del mismo Francisco, cfr. EP 65; asimismo san Buenaventura (LM 4,9) recuerda al hermano Pacífico como primer ministro de Francia. 14 Pedro de Nemours (1208-1219). "Maestros", se refiere a los catedráticos de teología. 15 Información preciosa. En 1217 (?) llevaron consigo una "Regla suya" escrita. 16 Papa Honorio III (1216-1227). 17 No se trata solamente de la bula "Pro dilectis filiis" (Ho– norio III, 29 de mayo de 1220), sino también de la bula anterior "Cum dilecti" del mismo Honorio III (del 11 de junio de 1218, según Delonne; AFH, XII [1219], pp. 591-593). Nótese que en ésta declara "merito approbatam" la "vitae viam", y, en la otra. que considera a esta "orden" entre las "aprobadas". Jordán explicita sin más: "declaró auténtica su Regla .. porque había sido aproba– da ("firmatam") por la Sede Apostólica. 23