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.de la .Iglesia primitiva, -bebiendo con sed y ardor de espíritu de las aguas puras que brotan de la fuente del Evangelio-, que se empeñan con todas sus fuerzas en poner en práctica, no sólo los mandamientos, sino tam– bién los consejos evangélicos, imitando así paso a paso la vida apostólica. Renunciando a toda propiedad, ne– gándose a sí mismos y, tomando su c:ruz, desnudos si– guen a Cidsto desnudo (cfr. Mt 16,24 y 19,21). Como Jo– sé, dejan su ropa 13 ; como la Samaritana, su ánfora 14 , y corren libres y ligeros, delante del rostro del Señor, sin volver a mirar atrás (cfr. Ez l,12·-17). Olvidándose de las cosas pasadas, marchan siempre hacia adelante con pa– sos nunca cansados, y vuelan como nubes, como palomas a sus palomares (cfr. Is 60,8), previniéndose con toda diligencia y cautela para que la muerte no entre allí. 6. El señor Papa confirmó su Regla y les autorizó a predicar en cualquiera iglesia a donde fueran, des– pués de haber pedido, sin embargo, por reverencia, el consentimiento al prelado del lugar. Son enviados de dos en dos a predicar como precur– sores delante .de la faz del Señor, casi para preparar su segunda venida. 7. Estos pobres de Cristo no llevan alforja, ni bolsa, ni pan para el camino, ni siquiera dinero en su cintm·a; no poseen oro ni plata, ni llevan sandalias en los pies (Le 10,4). En efecto, no es lícito a ningún hermano de esta Orden poseer cosa alguna. No tienen monasterios, iglesias, campos o viñas o animales, no tienen casas u 13 Cfr. Gn 39,12. 14 Cfr. Jn 4,28. 237

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