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2. Asimismo, si observamos atentamente la mane– ra de vivir de la Iglesia primitiva, tenernos que concluir que no añadió tanto una nueva Regla, sino que más bien renovó la antigua, realzó la que yacía por tierra, y rea– vivó la religión que estaba casi muerta, en esta tarde del mundo encaminado al anochecer, mientras urge el tiempo del hijo de la perdición. Y así ha preparado nue– vos atletas para el combate con los tiempos del Anti– cristo llenos de peligros, previniendo y reforzando a su Iglesia 11 • Esta es la religión de los verdaderos pobres del Cru– cificado, esta es la orden de los predicadores que llama– mos hermanos menores 12 • Verdaderamente menores y más humildes que todos los religiosos contemporáneos. por el hábito que llevan, por su desprendimiento y por el menosprecio del mundo. 4. Reconocen como jefe a su prior general. A sus órdenes y reglamentos obedecen con devoción los su– periores subalternos y todos los hermanos de la misma Orden, a quienes él envía por las distintas provincias del mundo a predicar y salvar las almas. 5. Se esmeran, pues, con tanta diligencia en reno– var en sí mismos la religión, la pobreza y la humildad 11 Jacobo de Vitry insiste en la comparación de la vida de los hermanos con la de la Iglesia primitiva. Nótese también la observación sobre su tiempo, en sentido escatológico. Pareciera que esta convicción de estar en la "tarde del mundo encaminado al anochecer" haya sido bastante difundida. Muchas veces afirma también que sus hermanos han sido enviados en este último tiempo del mundo. 12 Jacobo de Vitry ha captado, en particular, el empeño apostólico de los hermanos menores. 236