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36. Estima de Inocencio IV al comienzo de su pontificado El papa Inocencia IV era un hombre muy abierto, como se ve en la declaración que hizo de la Regla de los hermanos menores y en tantas otras cosas. Tenía siem– pre consigo a un gran número de hermanos menores, y construyó para ellos un convento y una iglesia muy be– llos, en Lavagna, que era tierra de su propiedad, y que– ría que allí vivieran 25 hermanos, en los que había pen– sado en lo que se refiere a los libros y todas las demás cosas necesarias. Pero los hermanos no quisieron acep– tar aquel ofrecimiento 48 • Y el Papa lo concedió a otros religiosos (p. 86). 37. El oficio de la predicación y disputas Pero el clero todavía objeta 49 que hemos usurpado el oficio de la predicación, correspondiéndoles a ellos pre– dicar, porque tenían obligación con los súbditos y porque 48 Inocencio IV demostraba su estima por los hermanos, no sólo con respecto a algunos a quienes encargó misiones especia– les, como el hermano Juan de Pian del Cárpine de vuelta de China, sino también teniendo siempre hermanos consigo. "Siem– pre tenía consigo seis hermanos menores, para toda la vida, como lo vi con mis propios ojos" (p. 302). Para probar la estima de los obispos por los hermanos, bas– tará recordar lo que Salimbene escribe del obispo de Reggio, Nicolás Maltraversi, entronizado en 1221: "Amaba tanto a los hermanos menores que quería darles la iglesia matriz como re~ sidencia. Y los canónigos de entonces estaban de acuerdo y dis– puestos a distribuirse en las iglesias menores de la ciudad. Pero los hermanos menores por humildad no soportaron una cosa semejante y la rechazaron categóricamente ... " (p. 38). 49 Recogemos ahora los signos de aquella animosidad que llevó al clero secular a exigir medidas contra los hermanos. Sa– limbene arremeterá en una serie ele argumentos contrarios con abundancia ele citas bíblicas y calor apologético. 205

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