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la Orden?". Y el hermano le respondió: "No tú que has abandonado tu religión y vas vagabundeando por el mun– do, y por eso la plebe se burla de ti. .. 39 • ¡Sigue tu ca– mino, hermano mosca!" Al oír estas cosas, Elías enmu– deció y se retiró confuso. El que respondió al hermano Elías con esta firmeza fue el hermano Buenaventura de Forli, como lo oí de sus mismos labios (pp. 235-237). 31. Rechaza la reconciliación Lg, décima tercera culpa del hermano Elías fue ·que nunca quiso reconciliarse con su Orden, sino que per– maneció en su obstinación hasta el finr.J. Un día el mi– nistro general, hermano Juan de Parrría, envió junto a él al hermano Gerardo de Mód.ena 40 , que era de los her– manos de los primeros tiempos y su amigo íntimo, para que le rogara por amor de Dios y de san Francisco, por el bien de su alma y para dar buen ejemplo, que volvie– ra a su religión; y él lo trataría con toda delicadeza y misericordia. Pero Elías respondió al hermano Gerardo: "He o~do decir tanto bien de este venerado padre Juan de Parma, que no rehusaré echarme a sus pies confe– sando mi culpa y confiando en su bondad. Pero estoy preocupado por ios ministros provinciales, a quienes he ofendido, que no me imagino echándome atado a la cárcel y alimentándome de pan duro y de poca agua (cfr. Is. 30,20). Además, sabiendo que he ofendido a la Curia romana, estoy cierto que el cardenal protector de la Orden se entrometería para asignarme la penitencia. 39 Repite la cantilena de los lugareños relatada más arriba; y despuP-s agrega la famosa frase de.san Francisco (cfr. 2C 75). 40 En cuanto al hermano Gerardo de Módena, a quien ha– bíamos encontrado en el momento de la aceptación del hermano Salimbene (21), ver más adelante, entre los predicadores del Año Aleluya. 200

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