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hombre santo y culto; que le sucedió después en el go..:; bierno de la Orden (p. 254). 16. Los compañeros de san Francisco y los demás hermanos de la primera generación Mientras atravesaba la Marca de Ancona en direc– ción a Toscana, a donde había sido destinado, pasando por Citta di Castello, encontré en un eremitorio a un her– mano noble, hermano de largo tiempo y lleno de días y méritos, que había tenido en el mundo cuatro hijos caba– lleros. Este fue el último hermano recibido en la Orden y vestido por Francisco, como me confesó. Al saber que me llamaba Ognibene, se maravilló y me dijo: "Hijo, nadie es bueno sino sólo Dios. De ahora en adelante tu nombre se– rá hermano Salimbene, porque has hecho una buena su– bidsi, 20 , entrando en una religión santa". Y yo me llené de gozo, al saber las buenas razones que me había dado y al ver que me asignaba el nombre un varón tan santo. Sin embargo, no me fue dado el nombre que deseaba: en verdad, me habría gustado llamarme Dionisia, sea por reverencia al gran doctor, que fue discipulo del apóstol Pablo, sea sobre todo porque nací en el día de su fiesta. Y de esta manera conocí al úUimo hermano que Francisco hg_bía recibido en la Orden 2 1, después del cual no recibió ni dio el hábito a ningún hermano más, _ Y vi también al primero, a saber al hermano Ber– nardo de Quintavalle, con quien viví en el convento de Siena durante todo un invierno; y fue para mí un ami- 20 Una etimología bastante explícita: salio (subir) in bonum; italianizado, Salimbene. 21 Desgraciadamente no dice el nombre de este santo her– mano. 181

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