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transportar a las dos hermanas porque eran más gran– decitas ... (pp. 47-48). 3. Su ingreso en la Orden 6 Yo, hermano Salimbene, fui el tercer hijo (de Guido de Adam), que, cuando llegué a la encrucijada de la vir– tud y el vicio (pycthagoricae litterae), es decir a los quince años, ingresé en la Orden de los hermanos meno– res, en la que he vivido muchos años, como sacerdote y predicador, y he visto muchas cosas y he residido en mu– chas provincias y aprendido muchas cosas (p. 53) . . . .Me había aceptado en la Orden el hermano Elías, mientras iba de viaje para Cremona a fin de encontrar– se con el emperador, enviado por el papa Gregario IX, el año 1238. . . .Entonces mi padre se trasladó a Asís, donde es– taba el hermano Elías, y entregó al ministro general la carta del emperador, que comenzaba así: "Para mitigar las penas del señor Guido de Adam... ". El hermano Ilu– minado, que entonces era secretario del hermano Elías, y transcribía las cartas más bellas que eran enviadas al ministro general por los príncipes del mundo y las vol– vía a colocar en una carpeta suya, me la mostró más 6 En el tratado "Del Prelado" narra cómo sucedió su admi– sión en la Orden (pp. 136; aquí n. 21). Después del noviciado, sus viajes, favorecido por la amistad de poderosos y de hermanos amigos. Con satisfacción recuerda y habla largamente sobre es– tos grandes amigos, entre los cuales sobresalen las figuras del hermano Juan de Parma, Rugo de Digne, Gerardo de Módena, etc. Cuando, al final, se retira a la provincia emiliana, cargado de noticias y de cosas, comienza a escribir sus numerosas obras, en– tre las cuales esta Crónica, de la que publicamos un extracto. 171

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